Tuesday, September 8, 2009

En paralelo no te cruzás

Caminaba por la calle ayer con mis raquetas, colgado en la mía. Cantaba una canción de la renga para dentro tan fuerte que alguna que otra parte del estribillo se me escapaba. Conclusión, me cruzo con la ex de mi hermano a 20 metros de mi casa. Me tomó totalmente de sorpresa, la mina que había salido con mi hermano mas de 2 años y que jamás la volví a ver desde que cortaron. Entonces la saludé y medio mala onda estuve. Es como cuando algo no te lo esperabas entonces reaccionás fríamente. Sigo 20 metros más y llego a mi casa, empiezo a charlar con el portero y le cuento que acababa de cruzarme a la mina esta. Al segundo me dice: “mirá ahí esta Juan (mi hermano) sale con el auto”. Lo veo a Juan saliendo con el auto a jugar al futbol y a ella a 20 metros de distancia siguiendo su paso. Nunca se cruzaron, cada uno hace la suya. Estaban cerca pero iban en direcciones opuestas.
Y pensar que hace un par de años, esta mina estaba de viaje con mi familia y estaban re metidos y ahora nada, son dos personas más en la calle. Cada uno hace la suya en definitiva y ese periodo que estuvieron queda como una especie de lapsus en sus vidas. En definitiva todos los noviazgos son lapsus, periodos que estuviste con otro semi acompañado en tu vida, una especie de acompañante muy intimo y temporal que excede a tus amigos y familia, ocupa un lugar especial. Después la cosa se termina por x o por y, salvo excepciones, y tu vida es la misma que antes pero sin nadie en ese lugar especial.
Cuando termina una etapa larga, uno de estos lapsus de acompañamiento temporal haces revisionismo. Miras hacia atrás y vas pensando acerca de cada una de las etapas con esta persona, sacás conclusiones y demás cosas del racional hombre que te volvés después de tener un duelo por una tristeza. Te preguntás si fue útil, si fue en vano, si sirvió de algo, que piensa ella y demás cosas. En definitiva es siempre lo mismo, siempre es apoyo temporal, una pieza que se agrega a tu esquema, esa que en otro texto llame “la pieza faltante pero que a la vez nunca nada nos alcanza” y después volver a ser el mismo que eras antes y ella igual. Porque la historia termina para los dos en función del otro cuando dejan de hablar, pero en función de ellos mismos las historias siguen vivas siempre. Acumulándose con pilas de recuerdos, la historia de uno mismo sigue viva en uno y en el otro, pero la viven separados. Porque el tiempo te marca de una manera. El tiempo juntos los hacia vivir la historia cruzados, el tiempo después de un amor los hace vivir en paralelo su historia.
Es así que todos vivimos revisando nuestra vida, lo que hicimos, lo que no. Los logros, los fracasos, las cosas que valieron la pena y las que no, las conclusiones, las metas los objetivos. Porque creamos un mundo de sentido de la nada, creamos casualidades como esa de la cual parte este texto. Como a partir de ver a mi hermano y a su ex, llegué a este terreno incierto que es el mundo de sentido que creamos, el darle a todo una razón. Quiera o no aceptarlo, vivimos interpretando y desde que hay lenguaje que tratamos de hacerle entender al otro el enredo raro que el darle un sentido a todo nos pone en la cabeza queramos o no. La vida es simple pero la llenamos de rituales. Es hora de que nos dejemos de joder.


Felipe Said

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